miércoles, 15 de agosto de 2007

Largas Filas Y Ola de Frío: ¿Hasta Cuándo?

“Es ver la cola de un banco en día de pago”, esa frase de uno de los usuarios de la línea 204 del Transantiago refleja lo que sucede cada tarde, a hora punta, en el paradero ubicado en Santa Rosa con Alameda, pleno centro de Santiago. Una larga fila, que se extiende desde la misma esquina hasta cerca de la entrada del metro Santa Lucia.
Quienes utilizan a diario este medio de transporte dicen estar resignados a esta situación. Hecho que se vuelve preocupante si le sumamos la descoordinación y poca frecuencia que se genera entre los mismos conductores de los troncales y quienes se encuentran encargados de ver las salidas y llegadas de los buses.
Este problema se ve reflejado todos los días de la semana, desde cerca las 19 horas hasta pasadas las 23 horas. Muchos de los usuarios deben soportar esperas de hasta una hora y media para abordar uno de los buses, luego de una larga jornada laboral o de estudios. En ocasiones, cerca de las 23:30 hrs., son mucho quienes se quedan sin poder tomar locomoción para regresar a sus hogares porque la línea simplemente deja de circular. Otro dolor de cabeza para quienes viajan, ya que deben ingeniárselas para poder movilizarse.
En los últimos días, las inclemencias del tiempo han sumado otro problema para los usuarios. Las bajas temperaturas provocadas por la ola de frío que ha afectado a la capital y las lluvias, han derivado en problemas de salud para quienes deben soportar la espera. Es preciso señalar que dentro de los usuarios podemos encontrar personas de los diferentes grupos erarios, incluidos niños pequeños y personas de la tercera edad, principales afectados por problemas de salud derivados de la extenuante espera.
Consultados algunos chóferes con respecto a lo qué pasa con la frecuencia de paso de los buses, estos eluden cualquier responsabilidad con respecto al tema. Ellos responsabilizan a los encargados de líneas de no coordinar bien los horarios de frecuencia entre los buses. “Nosotros sólo nos debemos preocupar de cumplir con nuestros horarios”, indican los conductores. “No sabríamos decir ni a qué hora deja de pasar el bus”, agregan.
Quienes deben soportar los descargos de la gente impaciente, son los monitores del Transantiago que a esa hora se encuentran controlando el acceso al paradero. Estos concuerdan en decir que la gente les reclama a ellos por la falta de buses y la demora en sus tiempos de viaje.
Los usuarios sólo apelan a la paciencia, mientras los conductores de la línea esperan que las nuevas medidas para el Transantiago les aliviane un poco el trabajo.